Nos hemos ido percatando de que no es habitual, como en España, que los hoteles incluyan el desayuno. Realmente muchos están pensados únicamente para pernoctar. Así que cuando nos dijeron que teníamos desayuno en nuestro hotel Best Western View of Lake Powell, fue una sorpresa agradable. Simple, pero uno agradece poder empezar el día con un buen desayuno inmediatamente antes de ponerse en marcha y sin ninguna complicación ni pérdida de tiempo. Así pues, enseguida estábamos de camino al Horseshoe Bend, a tan solo 10 minutos de nuestro alojamiento. La cola de coches para acceder era inexistente a las 09:30 de la mañana. El día estaba nublado así que la temperatura fue muy amable con nosotros. Muy de agradecer porque las advertencias del calor que hace aquí son cuanto menos, serias. Llegando al precipicio, aún uno no se espera lo que va a ver de repente. Desde el aparcamiento hasta el mirador hay unos 10 minutos caminando. Así que las expectativas van en constante aumento. Después del primer repecho, se comienza a vislumbrar lo que es la falla en la tierra. La magnitud de lo que se intuye como el cañón ya nos deja sobrecogidos. Tiene pinta de que va a ser increíble. Seguimos acercándonos, pero ya a la altura del precipicio, así que no podemos prácticamente anticipar nada hasta que lo tienes a tus pies. Y, de repente, el Horseshoe Bend, la llamada Herradura del río Colorado, por la forma que describe el meandro. Esta vez, la sensación al llegar al precipicio fue diferente. Resulta que al contemplar un paisaje lejano de dimensiones tan enormes da la sensación en realidad de que estuviera cerca. Esta ilusión óptica hace a uno parecer que más admira un cuadro o una pintura que un paisaje real. Nos quedamos boquiabiertos. Después empezamos a sentir vértigo. Especialmente cuando ves a la gente asomarse al borde para hacerse una foto o lo pequeños que se ven unos botes navegando por el río. La espectacular herradura que hace el río Colorado En el centro del mirador hay una valla, pero en todo el resto, no. Es libre. Aúna sí decidimos vencer el miedo y hacernos la foto. Uno piensa en lo costoso que es llegar hasta esta maravilla del mundo y en si tendrá alguna oportunidad más en la vida. Situarse en uno de esos límites acelera el pulso, pero lo peor es que no puedes estar mucho tiempo porque ahí es verdaderamente cuando uno empieza a marearse y a tener sudores fríos. Hecha la foto, te vas de allí cuanto antes. Con todo, merece la pena. Las fotos de valientes y alguna otra tras la valla :-) Una hora después, aproximadamente, nos ponemos en ruta de vuelta a Las Vegas. Por delante, cuatro horas de conducción por paisajes preciosos. Las distancias y el tiempo al volante no siguen la misma proporción que en España. También es cierto que los coches de alquiler que tenemos son un placer. Llegamos al Hard Rock Hotel & Casino alrededor de las 15:30. Como era miércoles (no fin de semana), habíamos podido reservar por apenas 80 $ una habitación de lujo, con salón incluido. En cuanto pudimos, dejamos todo y nos fuimos a la piscina, que también era playa, con arena. El día se había vuelto nublado y aunque había muy buena temperatura, sobre las 19:00 ya no estaba tan agradable y nos retiramos a la habitación animados a salir a dar el paseo que teníamos pendiente cuanto antes. Nuestra primera parada fue The Venetian que, junto al Bellagio y el Caesar, entre otros, son los hoteles más famosos. Si nos había gusto el Bellagio, The Venetian nos pareció todo un derroche de fantasía. ¡Qué pasada! Los canales, las góndolas, todas las recreaciones de los sitios más importantes de Venecia,… e incluso un barrio bajo una cúpula que recreaba un cielo al atardecer precioso. ¡En Las Vegas no hay límites! Los enormes espacios interiores de The Venetian No lo teníamos del todo planeado, pero nos tropezamos con un restaurante que tenía muy buena pinta: Yardbird. Y nos detuvimos a cenar. Fue todo un acierto. Sara pidió unas costillas de cerdo que se deshacían en la boca. Yo no me pude resistir a la especialidad de la casa: pollo con gofre y sandía (!). Sí, parece una broma pero la verdad es que estaba muy bueno. ¿Por qué no? Por lo visto el Chicken & Waffle es un plato sureño muy popular. Lo teníamos en nuestra lista de cosas para probar. Una cena sureña con pan de maíz, costillas de cordero, pollo y ¡gofres! El cansancio con los viajes y todas las actividades se acumula. Así que nos retiramos pronto a descansar. Mañana nos espera un vuelo para comenzar nuestra parte costera del viaje, ¡y necesitamos toda la energía que podamos!
0 Comentarios
|
AutorEn agosto de 2018 nos escapamos un mes a la costa oeste de EEUU. Intercambiando casas, parando en hoteles de carretera, visitando a dos amigos. Todas las maneras posibles para vivir on the road. ¡Aquí todos los tips para unas vacaciones diferentes! ArchivosCategorías |